A deshora de la madrugada, sin sueño y sin otra cosa que hacer más que pensar en el día que ah transcurrido, a la nostalgia se le ocurre hacerme una visita demasiado inoportuna, me recuerda que pronto deberé emprender mi camino propio, caminar hasta encontrar una sombra bajo la cuál resguardarme.
Ya muchos se alejan de mi camino, tomando los suyos propios, otros gracias a dios, siguen en el mismo que yo, tanto a los que se alejan como a los que se quedan, les deseo mucho, mucho, mucho éxito, sé que lograrán la meta que algún día se propusieron.
No es una despedida, claro que no!!
Es un hasta luego, porque aquí seguiremos dando lata, hasta que el cuerpo aguante.
Y pase lo que pase, nunca dejemos de sonreír, porque la vida es tan bonita que no vale la pena perder el tiempo amargandose por cosas sin importancia.
Agradezcamos a la vida las alegrías que nos da, y porque no, también las tristezas, porque son pruebas que nos ayudarán a saber de que estamos hechos en realidad.
Gracias a mis alegrías y a mis tristezas, puedo saber que vivo.
Ah que nostalgia, que le da rienda suelta a mi inspiración a deshora de la madrugada.
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